En la memoria de San Ignacio de Loyola, un comentario de Santa Teresa de Jesús sobre la obra por él fundada.

¿Quién no conoce a Ignacio de Loyola? ¿Quién no conoce a los jesuitas?

Hoy, 31 de julio, queremos recordar a este gran hombre de la Iglesia utilizando un texto de Teresa de Jesús lleno de admiración por los hombres de la Compañía.

«… Su Majestad quería ya darme luz para que no le ofendiese ya y conociese lo mucho que le debía, creció de suerte este miedo, que me hizo buscar con diligencia personas espirituales con quien tratar, que ya tenía noticia de algunos, porque habían venido aquí los de la Compañía de Jesús, a quien yo -sin conocer a ninguno- era muy aficionada, de sólo saber el modo que llevaban de vida y oración…». (V 23,3)

Evangelio del Domingo XVII del Tiempo Ordinario

Verónica Carvajal Allen

“La multiplicación de los panes y peces”
…….¿Qué es lo que lo que nos dice Jesús en esta manifestación de su poder?, Él propone que el “pan de vida”, el “pan del Amor” alcanza para todos.

El hambre en el mundo deshora a la humanidad, si Dios estuviera presente en la conciencia de todos los que la conforman, este flagelo no sería real.

Teóricamente, con el dinero invertido en armas en el mundo, se podría erradicar el hambre en él.

Viene a mí, cada vez que se toca este tema, una obra del dramaturgo Egon Wolf, “Los invasores”, en la cual una casa de gente rica es invadida por andrajosos hambrientos, quienes vivían en las cercanías de ella, los que consumidos por el hambre, la invaden, considerando que es su derecho. La injusticia social crea resentimiento, y el oprimido se transforma en un potencial agresor. Esto sin lugar a dudas asusta. Pero ¿que pasaría si al hombre le fuera más fácil “compartir”?, sin duda no existirían “posibles invasores”. Nuestra Iglesia ha propuesto, hace un tiempo atrás, el lema “Una mesa para todos”, y con ello nos recuerda que debemos “partir, repartir” y “distribuir” además del pan, su maravillosa Palabra.

La generosidad es contagiosa y en la “mesa de Jesús”, el pan alcanza para todos.

A mi manera de ver, el mundo adolece no sólo de una crisis económica y social, sino también de una crisis valórica, basada en la ambición, el egoísmo y las ansias de poder, lo que deja a gran parte de él, sumido en una gran vulnerabilidad.

Existen tantas cosas que podemos compartir y multiplicar aún desde la misma pobreza; por ejemplo, la alegría de conocer a Jesús, la buena disposición para con los demás, la amabilidad, el respeto a todos los seres humanos por igual, etc.…,o una sincera sonrisa…, nadie es tan pobre para no poder compartirla.

Yo sí creo y espero una “multiplicación mágica”, de la “buena voluntad de los hombres” para un mundo más justo y mejor…en Jesús Nuestro Señor; es esta mi esperanza, que quiero compartir con todos ustedes.

Celebrando la Solemnidad de Santiago Apóstol, patrón de España

Nos unimos a toda la Iglesia, en particular a la española, para celebrar al evangelizador que trajo a nuestras tierras la Buena Nueva del Evangelio de Jesucristo.

Que nuestra patria nunca olvide el camino ascendente que comenzó con la llegada del cristianismo a nosotros.

Santiago es uno de los doce Apóstoles de Jesús; hijo de Zebedeo. El y su hermano Juan fueronllamados por Jesús mientras estaban arreglando sus redes de pescar en el lago Genesaret.

Recibieron de Cristo el nombre «Boanerges«, significando hijos del trueno, por su impetuosidad.

En los evangelios se relata que Santiago tuvo que ver con el milagro de la hija de Jairo. Fue uno de los tres Apóstoles testigos de la Transfiguración y luego Jesús le invitó, también con Pedro y Santiago, a compartir mas de cerca Su oración en el Monte de los Olivos.

Los Hechos de los Apóstoles relatan que éstos se dispersaron por todo el mundo para llevar la Buena Nueva.  Según una antigua tradición, Santiago el Mayor se fue a España. Primero a Galicia, donde estableció una comunidad cristiana, y luego a la cuidad romana de Cesar Augusto, hoy conocida como Zaragoza. La Leyenda Aurea de Jacobus de Voragine nos cuenta que las enseñanzas del Apóstol no fueron aceptadas y solo siete personas se convirtieron al Cristianismo. Estos eran conocidos como los «Siete Convertidos de Zaragoza».  Las cosas cambiaron cuando la Virgen Santísima se apareció al Apóstol en esa ciudad, aparición conocida como la Virgen del Pilar. Desde entonces la intercesión de la Virgen hizo que se abrieran extraordinariamente los corazones a la evangelización de España.

En los Hechos de los Apóstoles descubrimos fue el primer apóstol martirizado. Murió asesinado por el rey Herodes Agripa I, el 25 de marzo de 41 AD (día en que la liturgia actual celebra La Anunciación). Según una leyenda, su acusador se arrepintió antes que mataran a Santiago por lo que también fue decapitado. Santiago es conocido como «el Mayor», distinguiéndolo del otro Apóstol, Santiago el Menor.

La tradición también relata que los discípulos de Santiago recogieron su cuerpo y lo trasladaron a Galicia (extremo norte-oeste de España).  Su restos mortales están en la basílica edificada en su honor en Santiago de Compostela. En España, Santiago es el más conocido y querido de todos los santos.  En América hay numerosas ciudades dedicadas al Apóstol en Chile, República Dominicana, Cuba y otros países.